La gitana. Franz Hals.
Cuando Preciosa
el panderete toca
y hiere el dulce son los aires vanos,
perlas son que derrama con las manos,
flores son que despide con la boca.
y hiere el dulce son los aires vanos,
perlas son que derrama con las manos,
flores son que despide con la boca.
Suspensa el alma, y la cordura loca,
queda a los dulces actos sobrehumanos,
que, de limpios, de honestos y de sanos,
su fama al cielo levantado toca.
queda a los dulces actos sobrehumanos,
que, de limpios, de honestos y de sanos,
su fama al cielo levantado toca.
Colgadas del menor de sus cabellos
mil almas lleva, y a sus plantas tiene
amor rendidas una y otra flecha.
mil almas lleva, y a sus plantas tiene
amor rendidas una y otra flecha.
Ciega y alumbra con sus soles bellos,
su imperio amor por ellas le mantiene,
y aún más grandezas de su ser sospecha.
su imperio amor por ellas le mantiene,
y aún más grandezas de su ser sospecha.
Pese a que siempre ha valorado la poesía de Cervantes muy por debajo de
su prosa, es especialmente encantador este Soneto de La
gitanilla perteneciente a sus Novelas
ejemplares.
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